El
postureo en las redes sociales
¿Somos
lo que creemos que somos? ¿O somos solo la imagen que los demás ven
de nosotros?
Nos creamos una
imagen falsa de nosotros mismos en las redes sociales. No somos lo
que aparentamos. Hacemos de nuestra vida un sueño que queremos que
la gente conozca. Nos inventamos nuestra propia historia y vivimos
nuestro propio cuento.
Subimos fotos y
vídeos para que nos tengan en cuenta. Nos enseñan que, si no
existes en las redes sociales, no existes en la vida. Ahora la ley es
cuantos más likes, comentarios y followers tengas, más importante
eres. No importa el precio, solo el resultado.
Se tiene demasiado
en cuenta las redes sociales para todo, ya sea para trabajo,
relaciones, inspiración… Somos muy dependientes de este nuevo
mundo.
Precisamente por
todo esto, enseñamos una vida perfecta, enseñamos lo felices que
somos… ¿Pero es real? No, no lo es. Todos tenemos nuestros propios
problemas, pero nos dicen que las redes sociales no son ningún lugar
para exponerlos, para normalizarlos, para tratarlos… No, si estás
con depresión, mejor deja el móvil, métete en tu cuarto solx y
llora, hasta que no te queden lágrimas. ¿Ayuda eso? No demasiado
pero así puedes seguir manteniendo tu vida perfecta en las redes.
No somos conscientes
de la fuerza que ejerce sobre nosotros las redes sociales, son una
carga en nuestra espalda. Aun así lo peor sigue siendo nuestra
dependencia, no nos deshacemos de ellas y creemos que las necesitamos
para vivir.
Nos controlan,
ejercen una presión sobre sus usuarios, conocen nuestros datos
personales y los usan para mantenernos en línea, conectados a la
red. Cada vez más parece que las redes sociales son un trabajo, cada
vez tenemos más solicitudes de amistad que aceptar, más contraseñas
que recordar, más sitios donde estar “activos”.
Y aun así, ¿por
qué no dejamos las redes sociales? Porque son nuestro mundo, nuestro
modo de vida, somos adictos, es nuestra droga, por muchos daño que
nos hagan, seguimos con ellas, puedes llamarnos masoquistas, pero no
creo que nos importe mucho, sigue siendo mucho más importante
nuestra adicción a ellas.
La pregunta ya no es
¿Somos felices?, no, ahora la pregunta es ¿Aparentamos ser felices?
Y esto es algo que podemos aplicarlo tanto a nuestra vida real como a
la online.
Hemos hecho una
encuesta con las redes sociales más usadas de la clase, el resultado
ha sido el esperado:
La red social más
usada entre adolescentes sigue siendo Instagram, aunque también
destaca WhatsApp. Esto reafirma nuestra tesis, defendemos que no
podemos dejar de comunicarnos con los demás, para poder sentirnos
llenos con un mensaje, un emoticono o una imagen. ¿Dependencia? Sí,
pero no nos preocupa, debemos seguir manteniendo nuestra fama de
pasotas, vagos e imperfectos, una fama de la que estamos
completamente orgullosos (que se note la ironía).
A
lo que queremos llegar con todo esto, es que en redes sociales todo
el mundo finge ser quien no es, todos esos famosos lo único que
hacen es actuar (una vez más) delante de nosotros,salen en programas
sonriendo, van a eventos (con personas que no conocen) sonriendo,nos
publicitan productos sonriendo, cómo si eso nos fuese a dar la
felicidad… Que pena que haya gente que siga pensando que la
felicidad la dan los objetos que compran o el dinero que tienen o sus
amigos virtuales… El día que se den cuenta de que la verdadera
felicidad te la dan las personas, las de verdad, las que están a tu
lado en los mejores y peores momentos, será demasiado tarde.
David
Torres y María Morales
Aunque
como ahora va todo por redes sociales, lo mismo nos conoces más por
@its_daabid y @mmf8703

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